¿Si las organizaciones internacionales se preocupan tanto por la historia, por qué financian la migración?

 
 

En el siglo XX, el político y aristócrata austriaco de origen incierto, Richard Coudenhove-Kalergi , desarrolló una serie de ideas referentes a políticas migratorias, que de manera oficial se han mantenido en el concepto de conspiración, las cuales son habitualmente referidas en su conjunto como “Plan Kalergi”.

Este, se dice, buscaba un reemplazo demográfico de las poblaciones occidentales en este continente por inmigrantes provenientes de África y el Medio Oriente, con el afán de diluir la homogeneidad cultural y racial de los países europeos, y facilitar su control a intereses ajenos a éstos.

Décadas después, el escritor francés Renaud Camus acuñó el término “Gran Reemplazo” para hacer referencia al fenómeno de la migración financieramente inexplicable, pues no había manera de explicar el origen de los recursos necesarios para que esta gente llegase a Europa.

Efectos de la migración descontrolada

Una migración descontrolada tiene ciertos resultados que, conspiración o no, son estadísticamente demostrables, al ver las tendencias poblacionales y de natalidad en Europa. De igual manera, políticos, escritores y demás figureheads del ámbito nacionalista anglosajón, como David Duke y Jared Taylor, han hecho mención de este concepto o sus símiles.

Dicho esto, al mencionar un reemplazo demográfico dentro del contexto latinoamericano, no estamos hablando, evidentemente, del mismo fenómeno, pues naturalmente aquí no hay grandes masas de población netamente europea que formen la base étnica de nuestros países.

Por tanto, en el MNI se hace referencia a un proceso deliberado de facilitar la llegada de elementos extranjeros, principalmente de poblaciones de origen africano, a las naciones hispanoamericanas como México.

En el siglo XXI la migración descontrolada, sobre todo en Latinoamérica, no se debe a una guerra o un conflicto. Se disfraza de labor humanitaria y se financia gracias a la influencia de ciertas organizaciones, al cabildeo político (lo que se conoce en inglés como lobbyng), y por supuesto, gracias a la intervención de la llamada “comunidad internacional”. La entrada descontrolada de ilegales es financiada de organizaciones no gubernamentales pro inmigración, grupos de presión, y políticos que ambicionan votantes perpetuos que sigan un modelo clientelar.

Programas como las Intervenciones basadas en efectivo (Cash Based Interventions) financiadas por la ONU, permiten que invasores haitianos reciban un sueldo mensual de $3,600 pesos al mes o 180 dólares para moverse en territorio nacional; este tipo de intervenciones disfrazados de programas humanitarios enfocados en la entrada de agentes extranjeros a naciones al borde del colapso, son clave para la perpetuación de este fenómeno, y sin las cuales esto no sería posible.

La inseguridad artificial permite nuevos controles.

Todo esto con el afán de implementar las mismas dinámicas
de manipulación social que se ven actualmente buena parte del occidente,
poniendo así en riesgo la continuidad cultural y étnica de nuestra nación,
sometiéndola a una mezcla con elementos totalmente ajenos a ella y su historia,
religión, tradiciones e idiosincrasia. Hemos estado viendo desde hace algunos
años, por parte de académicos, historiadores, e incluso el propio sistema
educativo mexicano, la tendencia de querer apelar a un pasado con elementos
africanos en nuestra tierra, muchos más de los que realmente hubo, que tuvieron
“grandes aportes” culturales, y fueron borrados injustamente de la
historia.

¿Alguna vez habías escuchado esta narrativa en toda tu
vida?
 

Tanto el avance de esta narrativa en medios, así como la súbita
preocupación de las ONGs o de la comunidad internacional, debe entenderse como
lo que es: Mitología. Son entidades extranjeras queriendo manipular la historia
de nuestro país para beneficio de los grandes intereses supranacionales, con la
cómplice ayuda de sus hordas de altavoces: los progresistas mexicanos,
además de algunas personas con delirios etnonarcisistas que claman ser de raza
africana para obtener puntos sociales a su favor.

Todo esto tiene como fin último, entre otras cosas, facilitar
el control del discurso social y racial en países que actualmente no comparten
el resto del contexto occidental, que es la base internacional de estas ideas.
El poder estandarizar la comunicación para naciones latinas, permite no sólo mayor
control de la política internacional, facilita su debilitamiento institucional,
identitario y organizativo.

Por más que los gobiernos cómplices empujen propaganda,
tu sabes que la concentración de elementos incompatibles genera reacciones
cáusticas, como el cloro y el amoniaco. De la misma forma, la mezcla forzada de
civilizaciones genera aún más delincuencia, pérdida de identidad, conflictos,
división, y un caos del que será imposible volver. 

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